La Secretaría de Salud del estado de Querétaro se suma a la conmemoración del Día Mundial contra la Hepatitis, que este 2021 tiene como lema “La hepatitis no puede esperar”, con el objetivo de incrementar los compromisos para que haya una respuesta a las hepatitis; así como fortalecer las medidas para que las personas busquen acceso a los servicios de prevención, prueba y tratamiento de la enfermedad.

A partir del 2011, cada 28 de julio se conmemora este Día Mundial, fecha elegida por ser cumpleaños del doctor Baruch Blumberg, científico ganador del premio Nobel que descubrió el virus de la Hepatitis B (VHB), y desarrolló pruebas para detectar el virus y vacunas contra la enfermedad.

La hepatitis es una inflamación del hígado. La afección puede remitir de forma espontánea o evolucionar hacia una cicatrización (fibrosis) , una cirrosis o un cáncer de hígado.

La causa más frecuente de este padecimiento son los virus de la hepatitis; también puede deberse a otro tipo de infecciones, sustancias tóxicas (como el alcohol o determinadas drogas) o enfermedades autoinmunitarias.

La hepatitis A y la E son causadas generalmente por la ingestión de agua o alimentos contaminados.

La hepatitis A es la más habitual, también se denomina hepatitis infecciosa y se presenta con mayor frecuencia en niñas y niños, el virus se encuentra en las heces de las personas infectadas.

Las hepatitis B, C y D se producen a través del contacto con fluidos corporales infectados.

En sus primeras etapas la hepatitis puede provocar síntomas parecidos a los de la gripe, como:

  • Malestar general
  • Fiebre
  • Dolores musculares
  • Pérdida de apetito
  • Náuseas
  • Vómitos
  • Diarrea
  • Ictericia -coloración amarillenta de la piel y de la esclerótica (blanco del ojo)-

Hay personas que no presentan ningún síntoma y por lo tanto desconocen que están infectadas. Por ejemplo, la Hepatitis A en la población infantil suele presentar síntomas leves o ausencia total de síntomas.

Al progresar el padecimiento, los síntomas comienzan a apuntar hacia lesión en el hígado, como origen de la enfermedad.

Las sustancias químicas que segrega el hígado inflamado empiezan a acumularse en la sangre, lo que provoca: ictericia, mal aliento, sabor amargo en la boca, la orina se vuelve oscura o del color del té, las heces se vuelven blancas, claras o del color de la arcilla; también puede haber dolor abdominal, bajo las costillas del lado derecho (sobre un hígado inflamado y dolorido) o bajo las costillas del lado izquierdo (sobre un bazo dolorido).

Entre las principales medidas de prevención de la hepatitis A y E, se encuentran:

  • Lavarse las manos con abundante agua y jabón, antes de comer y después de ir al baño
  • Consumir mariscos o pescado fritos o bien cocidos
  • Beber agua que esté purificada, hervida o clorada.

Para prevenir la hepatitis B, C y D, se deben evitar prácticas sexuales de riesgo, evitar compartir jeringas, agujas entre otros.

En los Centros de Salud se aplica la vacuna para proteger contra la Hepatitis B, la cual esta indicada en grupos de alto riesgo como son:  el personal de salud, pacientes en hemodiálisis, personas dedicadas al sexoservicio, usuarios de drogas, receptores de sangre, inmigrantes de áreas que presentan altos índices de endemicidad, recién nacidos cuyas madres porten la enfermedad y personas en prisión.

Ante la presencia del padecimiento, el paciente debe permanecer aislado para evitar contagios. Se deben extremar medidas de higiene e intensificar el lavado de los utensilios de uso exclusivo del paciente. Es importante evitar contacto con el enfermo.

Para mayor información acércate a tu Centro de Salud.

 

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