En el marco del Día Internacional de la Traducción y del Año de la Mujer Indígena, el Gobierno de México presentó el programa Mujeres del maíz, una serie de actividades que se desarrollarán de octubre a diciembre con el objetivo de reflexionar sobre el papel histórico de Malintzin y de las mujeres indígenas del pasado, presente y futuro.

La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo defendió la necesidad de “revalorar, reconocer y reivindicar” a las mujeres de los pueblos originarios, así como a Malintzin, figura históricamente reducida al estigma de “la traidora”, particularmente a partir de la narrativa establecida por Octavio Paz en El Laberinto de la Soledad.

El programa incluye desde muestras de danza en el Zócalo hasta un coloquio internacional en Bellas Artes, además de foros, publicaciones digitales y cápsulas de radio y televisión. La Secretaría de Cultura, el INPI y la Secretaría de las Mujeres estarán a cargo de la agenda.

Sin embargo, más allá de la relevancia cultural del anuncio, el gobierno enfrenta el reto de que estas iniciativas no se queden en un plano simbólico. Representantes como Marisela González González subrayaron que las mujeres indígenas han debido superar obstáculos históricos y que la verdadera reivindicación pasa por garantizar sus derechos en la práctica: acceso a justicia, educación, salud y participación política.

Durante la conferencia matutina, también se presentó la Cartilla de los Derechos de las Mujeres, traducida a 35 lenguas originarias y leída por representantes de diversas comunidades, entre ellas náhuatl, otomí, p’urhépecha, maya y yaqui.

El desafío, ahora, será demostrar que este reconocimiento no se reduce a una narrativa oficialista, sino que se traduzca en acciones que transformen la realidad de las mujeres indígenas en México.

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