Los 10 gobernadores de la Alianza Federalista aceptaron la invitación del presidente Andrés Manuel López Obrador para firmar un Acuerdo Nacional por la Democracia, pero lo condicionaron a que sea firmado bajo la autoridad del INE y le exigieron que retire del programa de vacunación a los mal llamados Siervos de la Nación.

Desde Monterrey, Nuevo León, en una carta que leyó el gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles (PRD), los mandatarios dijeron que la presencia en el programa de vacunación es innecesaria y es cuestionable.

Coincidimos y aceptamos su oferta de evitar desde el poder federal todo tinte electoral en programas sociales, el uso indebido de recursos públicos y la compra de lealtades. Por ello, formalmente le solicitamos retire del programa de vacunación por la pandemia por Covid-19 a los mal llamados Siervos de la Nación, cuya presencia además de innecesaria es cuestionable. Las campañas de vacunación universal en México, mundialmente reconocidas por su efectividad y cobertura, jamás precisaron de personal ajeno al del sector salud, ni lo requieren ahora", dijo Silvano Aureoles.

En este contexto, los gobernadores federalistas dijeron que tienen la plena convicción de defender y fortalecer nuestra democracia, tal como lo exige la protesta que rendimos el día que asumimos el mandato otorgado por los ciudadanos de nuestros estados, y el Acuerdo Nacional por la Democracia al que se les convoca esencialmente existe en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

“Como gobernantes democráticamente electos, protestamos cumplirla y hacerla cumplir. No hay compromiso democrático que no se contenga ya en este juramento constitucional y político. Lo cual no obsta para que podamos construir compromisos concretos y casuísticos a los que nunca nos negamos. A la Constitución nos atenemos. A la Constitución llamamos a respetar”, dijo el mandatario michoacano.

Agregaron que ningún personaje —por valioso que sea— encarna individualmente Constitución.

“La apropiación personalista de la democracia es antítesis de su verdadero significado. Nuestra democracia tiene triunfos y derrotas, luces y sombras y páginas memorables; pero nunca final ni dueño. Jamás es un capítulo concluido ni apropiado. Es un quehacer permanente y de todos; no admite tutelajes”.

En este sentido, los gobernadores de la Alianza Federalista aceptamos su invitación a un acuerdo por la democracia hoy en México. “Un Acuerdo Nacional que nos comprometa a todos los niveles de gobierno y a los poderes de la Unión en serio y sin dobleces. Como ha sucedido en el pasado, un acuerdo de neutralidad debe adoptarse bajo la autoridad electoral del Instituto Nacional Electoral”.

Lamentaron que un acuerdo como este no se haya aplicado en otros frentes como los de las contingencias sanitaria y económica, y en temas de seguridad, vacunación, presupuesto y reforma energética.

“Lamentamos por igual el silencio por respuesta a nuestras reiteradas invitaciones al diálogo federal efectivo. Señor Presidente, con independencia a las obligaciones que la legislación impone a toda autoridad en materia electoral, refrendamos a la Nación nuestra convicción y compromiso de que ningún poder —estatuido o fáctico— intervenga indebidamente en estos procesos electorales, los más complejos de nuestra historia. Confirmamos nuestro respeto irrestricto a las libertades y derechos de todos y cada uno de los ciudadanos, con especial énfasis a las libertades de pensamiento, expresión, asociación, participación política y sufragio efectivo”, dijeron los mandatarios.

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