El Gobierno federal afirmó que el Fondo de Desastres Naturales (FONDEN), creado durante el periodo neoliberal, fue un instrumento ineficiente, caro y propenso a la corrupción. Según la Secretaría de Anticorrupción y Buen Gobierno, el mecanismo tardaba hasta 42 días hábiles en liberar recursos, carecía de transparencia y dependía de que los estados aportaran la mitad del financiamiento para activar apoyos.

Raquel Buenrostro, titular de la dependencia, detalló que el FONDEN operaba mediante fideicomisos opacos y que, durante varios sexenios, se registraron desvíos y sobreprecios.

En el gobierno de Vicente Fox, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) detectó observaciones por 182 millones de pesos y compras con sobreprecio de hasta 375 por ciento. Durante el sexenio de Felipe Calderón, el gobierno de Veracruz no ejerció ni devolvió 531.7 millones de pesos destinados a la atención de inundaciones, y en Tabasco se desviaron 215.5 millones a gasto corriente antes del cierre de la administración de Andrés Granier, quien posteriormente fue detenido por peculado y evasión fiscal.

En el periodo de Enrique Peña Nieto, las auditorías señalaron retrasos de hasta 119 días en obras por los huracanes Ingrid y Manuel, sobreejercicios en la Sedatu y pagos irregulares tras los sismos de 2017. Solo el 35 por ciento de las viviendas dañadas fue verificado y apenas 28 de 132 unidades médicas fueron reconstruidas.

El gobierno de Claudia Sheinbaum subrayó que la administración de Andrés Manuel López Obrador eliminó el FONDEN y sustituyó el esquema por apoyos directos a la población. Con este modelo, dijo, se atendió a 301 mil personas tras el huracán Otis (2023), a 143 mil por el huracán John (2024) y a 59 mil en el huracán Erick.

El FONDEN se creó en el periodo neoliberal, el uso de los recursos era opaco y para ejercerlos el proceso tardaba 42 días hábiles, además de que los gobiernos estatales tenían que cubrir el 50 por ciento

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