A casi tres meses de haber iniciado el ciclo escolar, la asignación de calificaciones numéricas dejará de ser prioridad, pues mientras no haya clases presenciales, calificar sin fundamento puede ser injusto y hasta arbitrario, advirtió la SEP.
A los niños se les valorará en su esfuerzo y, de acuerdo con el contexto de cada uno, no se calificará a quienes no hayan tenido contacto directo con sus profesores, y se buscará que sean los propios alumnos, junto con sus papás y sus maestros, quienes den cuenta de sus aprendizajes, informó la Secretaría de Educación Pública (SEP).
El criterio que pidió tomar en cuenta como parte de sus orientaciones pedagógicas en los distintos niveles, es que la información obtenida por evaluación sea la base para identificar y modificar aquellos aspectos del proceso que obstaculizan el logro de los propósitos educativos.
“Ello implica pasar a segundo término su papel en la asignación de calificaciones, inclusive como medio de presión”, detalló la institución en un comunicado.
El resultado sólo se asignará cuando los docentes tengan información suficiente, es decir, en los casos que se haya mantenido comunicación constante con sus estudiantes.
Cuando la comunicación sólo haya sido intermitente o no haya existido, en la boleta de calificaciones se hará la anotación: “Información insuficiente” o “sin información” y se cancelará el espacio de la calificación numérica con un guión intermedio, y ésta se reportará cuando haya condiciones para evaluar al alumno.
“Las calificaciones o valoraciones que se registren para este y, en su caso, para el periodo subsecuente, serán preliminares; las calificaciones definitivas se registrarán al final del ciclo escolar”.
Las boletas se entregarán a los papás de manera electrónica o podrán pasar a recogerlas a la escuela cuando sea posible, las juntas o reuniones con padres serán a través de la tecnología disponible, y las familias que necesiten orientación específica de los profesores, deberán acordar con ellos los medios y horarios.
Además, se les pide a los docentes que tomen en cuenta la opinión de los alumnos sobre sus propios aprendizajes y tareas.
“Se trata de reconocer el esfuerzo de los alumnos que mantienen un vínculo constante, de incentivar a quienes se relacionan esporádicamente y dejar abierta la posibilidad de recuperar a quienes no establecen comunicación”, señala la SEP.